Una cuenta en bruto da como resultado que cada porteño paga más de $500 al año por el servicio de recolección de residuos y limpieza de calles. De ese modo, una familia tipo estaría disponiendo de $2000 anuales, algo así como $2 diarios por habitante. Si se suman las personas que viven en una cuadra, incluidos departamentos, la cuenta es sorprendente trasladando la suma a la limpieza de esa calle. Por ejemplo, en una cuadra sin edificios se estarían pagando $2000 diarios y sin tener en cuenta que el vecino deposita sus residuos en un contenedor, lo cual debería bajar el costo. Así tendría razón Mauricio Macri en que las tasas de Alumbrado Barrido y Limpieza (ABL) no llegan a cubrir el costo del servicio. O bien, que el servicio es excesivamente caro. Un poco de educación y buena voluntad para reducir la basura no vendría mal, o al menos para clasificarla una vez que cada barrio tenga contenedores para avanzar en ese sentido y separar los desperdicios, aunque no bajaría el precio. Los nuevos contratos se debatirán mañana en una audiencia pública en el Centro Cultural Recoleta a las 11, pero faltará un año más para otorgar las concesiones.
Comentarios
Publicar un comentario