por Patricia García
para Buenos Aires Me Quiere
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Tal vez pensará ahora, Mauricio Macri, que haber rechazado tomar la responsabilidad del control de los subterráneos porteños hace un año fue un error.
El nuevo calendario le plantea un cóctel de desafíos donde se mezcla el impacto de su gestión en materia del transporte y la carrera electoral.
El verano disimulará en parte la paralización de la línea A del subte que corre desde Plaza de Mayo al barrio de Flores, pero marzo deberá compensar esa molestia. Sin embargo con coches nuevos, mejores y confortables no podrá amortiguar tan fácilmente el aumento de la tarifa, tal cual está previsto que pase de $2.50 a $3.50.
A eso se suma la pelea por el destino de los coches centenarios que salieron de circulación, el resultado que obtenga de una negociación paritaria con los gremios del sector y, en el medio la definición de la fecha electoral.
Por ahora la ciudad de Buenos Aires debe realizar los comicios para renovar 30 legisladores porteños en día distinto al de los nacionales donde se elegirán senadores y diputados por el distrito, a menos que rápidamente la Legislatura apruebe el voto de los menores de 18 años y mayores de 16.
Como sea, la lista de temas es clave para el proceso electoral: relación con los gremios, conservación del patrimonio histórico, impacto de la tarifa y fecha de comicios. No es poco para un solo verano en el cual, mientras tanto, Macri busca figuritas para llenar las papeletas en otros territorios y apunta por ahora al deporte convocando al ex árbitro de fútbol, Héctor Baldassi como candidato a diputado por la provicia de Córdoba o al ex corredor Lalo Ramos en la provincia de Buenos Aires. Todo por $3.50. El último tren
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