Otra contra la conservación. Ahora en Coghlan

La justicia porteña aceptó una demanda contra vecinos de la ONG Basta de Demoler que intentaban poner freno a otra destrucción.
Se estila en otras latitudes pero Buenos Aires no parece lucir este tipo de protección de edificios históricos que consiste en mantener los frentes con toda su estética arquitectónica para plantar modernas torres a sus laterales o fondos.
Un caso de atención es el del Palacio Rocatagliatta en el barrio de Coghlan entre la avenida Balbin y Roosvelt ,afectado por un emprendimiento inmobiliario imponente.
Se trata de una mansión del siglo pasado que desarrolló el mismo dueño de la Confitería El Molino afectada por años de deterioro.
Los propios desarrolladores que vienen vendiendo las unidades de una torres de 13 pisos y 27 "integradas a la casona" dicen que :

"Cuando Juan Roccatagliata ordenó construir la imponente residencia para su familia en el barrio de Coghlan apenas comenzado el siglo XX, lo hizo sabiendo que no sólo su generación, sino también las generaciones futuras, la admirarían por su estilo y calidad arquitectónica. Sin embargo, lo que el propietario de la mítica confitería El Molino no imaginó, es que a más de 100 años de su construcción, este Palacio concebido bajo los lineamientos de la arquitectura clásica italiana, se convertiría en un símbolo de Coghlan que nuevamente volverá a lucirse con todo su esplendor bajo la misma condición para la que fue concebido desde principios de 1900."
Distintas ONG frenaron la construcción que comenzó en 2011, pero ahora la justicia falla a favor del emprendimiento y toma una demanda contra los vecinos.

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