El gobierno porteño anulará mediante una ley, la semana próxima, la tan promocionada boleta electrónica que se iba autilizar el próximo 26 de abril para el estreno de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la Ciudad de Buenos Aires.
La decisión parece razonable, ya que se argumenta que no hay tiempo para la capacitación de los votantes, los fiscales y presidentes de mesa y el propio Tribunal Superior de Justicia que, en la Ciudad, oficia de justicia electoral.
La duda es cómo no se dio cuenta antes Mauricio Macri y lanzó la licitación, casi una compra cantada por el tipo de sistema que se va a usar alguna vez y posiblemente como prueba en algunas mesas de las PASO porteñas.
Ahora se discutirá en la Legislatura qué boleta de papel se usará, ya que, aseguran que los adherentes a la precandidatura de Horacio Rodriguez Larreta, rechazan el modelo nacional con foto. Sí aceptan de buen agrado los colores para que se identifique el amarillo con el PRO.
Una teoría de los ingenieros de la campaña macrista es que, con foto en la papeleta es más identificable Gabriela Michetti, la gran rival interna, favorita en todas las encuestas.
Se esconde así una de las razones de la anulación de la puesta en marcha de la Boleta Única y Boleta Única Electrónica (BUE). La BUE se inicia con una pantalla en la cual el usuario debe responder en qué interna quiere participar. Marca y lo lleva a los candidatos que aparecen con nombre y foto. Marca y se imprime una boleta que es depositada en una urna.
Una denuncia del radicalismo, además pone en duda el secreto del voto y la seguridad ante una eventual maniobra de fraude.
Además, el gobierno porteño teme un fracaso como el que ocurrió con la inscripción on line en las escuelas y que la votación terminara en un escándalo como aquel.
La decisión parece razonable, ya que se argumenta que no hay tiempo para la capacitación de los votantes, los fiscales y presidentes de mesa y el propio Tribunal Superior de Justicia que, en la Ciudad, oficia de justicia electoral.
La duda es cómo no se dio cuenta antes Mauricio Macri y lanzó la licitación, casi una compra cantada por el tipo de sistema que se va a usar alguna vez y posiblemente como prueba en algunas mesas de las PASO porteñas.
Ahora se discutirá en la Legislatura qué boleta de papel se usará, ya que, aseguran que los adherentes a la precandidatura de Horacio Rodriguez Larreta, rechazan el modelo nacional con foto. Sí aceptan de buen agrado los colores para que se identifique el amarillo con el PRO.
Una teoría de los ingenieros de la campaña macrista es que, con foto en la papeleta es más identificable Gabriela Michetti, la gran rival interna, favorita en todas las encuestas.
Se esconde así una de las razones de la anulación de la puesta en marcha de la Boleta Única y Boleta Única Electrónica (BUE). La BUE se inicia con una pantalla en la cual el usuario debe responder en qué interna quiere participar. Marca y lo lleva a los candidatos que aparecen con nombre y foto. Marca y se imprime una boleta que es depositada en una urna.
Una denuncia del radicalismo, además pone en duda el secreto del voto y la seguridad ante una eventual maniobra de fraude.
Además, el gobierno porteño teme un fracaso como el que ocurrió con la inscripción on line en las escuelas y que la votación terminara en un escándalo como aquel.
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