Esmeralda y Juncal Un edificio afrancesado para apariencia de clase alta porteña |
Se trata de lo que se llamó casa de rentas o petit hotel en el corazón de Recoleta, aún era algo alejado del centro de la Ciudad. Este tipo de edificios y éste en particular encierra el paso de la aristocracia porteña, con apellidos como el del propio Estrugamou, Blaquier, Guillón. También vivió Marcelo T. de Alvear en sus departamentos.
Cuenta el autor de "Jean Estregumaou, un bernabés en Buenos Aires", que el francés llegado a Buenos Aires hizo fortuna y dio desarrollo a la zona de Venado Tuerto en la provincia de Buenos Aires.
Este señor tuvo cinco hijos que lo heredaron y que innovaron en la inversión en tierras que se consideraban opuestas por su desarrollo al lujo que le imprimieron en obras, como Fernando que invirtió en el barrio porteño de Constitución. Este Estrugamou se casó con la hija de Luis Guillón, otro francés que compró grandes extensiones en zona bonaerense.
En este caso, en las actuales Esmeralda y Juncal, el edificio de departamentos para alquilar conocido como Palacio Estrugamou fue encargado por Alejandro.
Se trató de hacer un edificio para que la clase adinerada alquilara allí y pudiera hacer alarde de lujo.
En 1929 concluyó la primera etapa de construcción del Palacio Estrugamou |
Entonces cita la inauguración de este palacio realizado con inspiración francesa y materiales importandos, en 1929, como inversión privada, y justo un año de la crisis económica de 1930.
Aquí el texto de Rosa Aboy:
El edificio, propiedad de Alejandro Estrugamou, un miembro de la elite terrateniente, descendiente de una familia vasco francesa, es un ejemplo de la arquitectura residencial inspirada en la tradición academicista francesa.
El tratamiento formal confirió al edificio el aspecto de una gran residencia privada unitaria, visto desde la calle.
Este edificio multifamiliar fue una importante inversión privada, por lo tanto, no podía correr el riesgo de fracasar y no ser visto por sus futuros inquilinos como una vivienda de lujo, capaz de dar cuenta de su privilegiada posición en la estructura social. En términos de estilo, la identificación entre el Edificio Estrugamou y la posición social de sus inquilinos se dio a través del gusto. El academicismo francés, en su versión ecléctica, era el estilo predominante en las viviendas de las elites desde fines del siglo XIX.
El Estrugamou adoptó numerosos elementos de esa tradición y los llevó a una escala aún mayor. Desde el exterior el edificio tiene una apariencia unitaria que recuerda a una mansión aristocrática, con sus chimeneas, mansarda, basamento de piedra, grandes molduras y pilastras de capitel clásico de tres pisos de altura.
En el interior de los departamentos, los pisos de roble de Eslavonia, los picaportes y fallebas de bronce de manufactura francesa, los mármoles importados y el generoso tamaño de los ambientes mostraban una perfecta combinación de buen gusto, lujo y confort.
El tratamiento formal confirió al edificio el aspecto de una gran residencia privada unitaria, visto desde la calle.
Este edificio multifamiliar fue una importante inversión privada, por lo tanto, no podía correr el riesgo de fracasar y no ser visto por sus futuros inquilinos como una vivienda de lujo, capaz de dar cuenta de su privilegiada posición en la estructura social. En términos de estilo, la identificación entre el Edificio Estrugamou y la posición social de sus inquilinos se dio a través del gusto. El academicismo francés, en su versión ecléctica, era el estilo predominante en las viviendas de las elites desde fines del siglo XIX.
El Estrugamou adoptó numerosos elementos de esa tradición y los llevó a una escala aún mayor. Desde el exterior el edificio tiene una apariencia unitaria que recuerda a una mansión aristocrática, con sus chimeneas, mansarda, basamento de piedra, grandes molduras y pilastras de capitel clásico de tres pisos de altura.
En el interior de los departamentos, los pisos de roble de Eslavonia, los picaportes y fallebas de bronce de manufactura francesa, los mármoles importados y el generoso tamaño de los ambientes mostraban una perfecta combinación de buen gusto, lujo y confort.
Los espacios compartidos, potencial fuente de ansiedades, fueron objeto de un particular cuidado de proyecto,puesto al servicio de salvaguardar la distinguida posición social de los habitantes.
El patio de acceso constituye un ejemplo en este sentido, al ser más asimilable a un patio palaciego que a la entrada de un edificio multifamiliar.
El Edificio Estrugamou contaba con cuatro departamentos equivalentes en cada una de sus plantas, compuestos de una sala, un comedor, un living room, cinco dormitorios para la familia y tres para el servicio doméstico. Cada grupo de departamentos tenía su vestíbulo privado, su araña francesa colgando en la caja de escaleras, su ascensor principal y otro para el servicio.
La homogeneidad espacial de los departamentos era reflejo de la homogeneidad social entre inquilinos. Muchas familias que por su posición social y entorno cultural hubiesen vivido en una residencia privada en la generación anterior, se mudaron al Estrugamou.
Para fines de la década de 1920, las residencias privadas, con sus altos costos de mantenimiento, impuestos y los salarios del personal necesario para mantenerlas eficientes, higiénicas y confortables, se volvieron muy difíciles de mantener. La mudanza a un departamento de lujo permitía reducir costos de mantenimiento y número de sirvientes, sin pérdida de status.
El patio de acceso constituye un ejemplo en este sentido, al ser más asimilable a un patio palaciego que a la entrada de un edificio multifamiliar.
El Edificio Estrugamou contaba con cuatro departamentos equivalentes en cada una de sus plantas, compuestos de una sala, un comedor, un living room, cinco dormitorios para la familia y tres para el servicio doméstico. Cada grupo de departamentos tenía su vestíbulo privado, su araña francesa colgando en la caja de escaleras, su ascensor principal y otro para el servicio.
La homogeneidad espacial de los departamentos era reflejo de la homogeneidad social entre inquilinos. Muchas familias que por su posición social y entorno cultural hubiesen vivido en una residencia privada en la generación anterior, se mudaron al Estrugamou.
Para fines de la década de 1920, las residencias privadas, con sus altos costos de mantenimiento, impuestos y los salarios del personal necesario para mantenerlas eficientes, higiénicas y confortables, se volvieron muy difíciles de mantener. La mudanza a un departamento de lujo permitía reducir costos de mantenimiento y número de sirvientes, sin pérdida de status.
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