Impresión de un lector al pasar por la Plaza de la República
Obelisco en otros tiempos foto Historiadelpais.com |
El siguió protestando y yo seguí mi
camino. Corrientes y Florida. Corrientes
y Esmeralda. Corrientes y Carlos...
¿Qué era eso. Dios mío? Era Corrientes
y Carlos Pellegrini o era el rincón
de una ciudad extraña, en la cual me encontraba por milagro?
¡No! ¡Era la plaza de la República, que yo no había visto
todavía! Francamente, Buenos Aires progresa
y se transforma de una manera increíble.
Uno deja de pasar quince días
por una cuadra, y al volver ya no la
conoce.
Miré la plaza desde la entrada del subterráneo.
Luego, desde la vereda de enfrente. Después, desde la otra esquina.
i Qué macanuda va a quedar! Lo comprendí en seguida, y eso que todavía está
en construcción. Las paredes a medio derrumbar y los muros a medio construir
dan la impresión de que allí acaba de
efectuarse un bombardeo. Por otra parte,
hay edificios cuyos fondos, a causa del
ensanche, han quedado sobre la plaza.
Parecen edificios sorprendidos en mangas de camisa...
Pero, con todo, ya se puede palpitar
lo que será aquello. Un amplio espacio,
un magnífico "rond-point" de sesenta metros de diámetro,
rodeado de construcciones armónicas y monumentales. Hacia
uno y otro lado, las nuevas e imponentes
perspectivas de Corrientes, la Diagonal
Roque Sáenz Peña y la Avenida NorteSur. Y, en el medio... en el medio...
¡Zas! ¡Me acordé del obelisco!
Este asunto del obelisco de Corrientes y
Carlos Pellegrini va a dar que hablar más
que el obelisco de Luxor. Hasta el momento de escribir las presentes líneas, por lo
menos, los artículos que se han publicado
criticando el proyecto ya deben ser más numerosos que las boletas socialistas independientes que sobraron en la última elección.
Agregue las criticas de los ciudadanos que
no se expiden por escrito, sino verbalmente,-
y convendrá conmigo en que a pocos proyectos se les han tirado tantos cascptes.
Sin embargo, hay un punto en el que coinciden todas las criticas, a pesar de ser tan
numerosas. Hay una falla en la que hace
hincapié todo el mundo: el aspecto técnico
de la construcción. Según es público y notorio, la mayoría de los obeliscos se caracterizan por ser de una sola pieza. Si hay
algo que les da valor, ya que los pobres no
son muy airosos y estéticos que digamos, es
el hecho de estar trabajados en un solo bloque de piedra, de varias toneladas de peso.
De ahí que también se llamen monolitos.
El de Corrientes y Carlos Pellegrini, en
cambio, será de cemento armado revestido
de planchas de piedra reconstituida. Vamos;
que será feo sin atenuantes. Será feo con
premeditación y alevosía.
Yo lo reconozco, señor director, porque
no es posible cerrar los ojos a la evidenciaPero lo reconozco desde el punto de vista
estético, nada más, porque hay! otros aspectos que explican y hasta justifican el propósito de elevar en nuestra plaza de la República un obelisco que, lejos de ser una
masa compacta, como los otros, será una
armazón de cemento armado recubierta de
piedra. Ese aspecto es el simbólico.
Desde el punto de vista del símbolo, efectivamente, el proyecto aludido es una gran
acertada. ¿Qué mejor, en los momentos actuales, que erigir en nuestra plaza de la República un obelisco falluto, cuya piedra no
tenga otro fin que el de ocultar la armazón ?
Es lo que corresponde. Es la alegoría dei
momento. No olvide que nuestra democracia, actualmente, es algo parecido.
Caras y caretas (Buenos Aires). 4/4/1936, n.º 1.957
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